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jueves, 5 de diciembre de 2002

LEYENDAS Y MITOS DE FERREÑAFE


LEYENDAS Y MITOS DE FERREÑAFE

1.El Tesoro de Chaparri

Este cerro enclavado en la Cordillera Occidente del Dpto. de Lambayeque, estaba encantado por los inmensos tesoros que en él se guardaban. Su cacique se llamaba Chaparri y tenía como esposa a la bella Collurqui. En las faldas de este cerro, existió la vieja población de Firruñap y en sus alrededores una hermosa laguna de aguas cristalinas. 
FERREÑAFE:LEYENDA DEL CERRO CHAPARRI
Por otro lado en la provincia de Cutervo, existís otro cerro llamado “Yanahuanca” que siempre vivía en pleitos con Chaparrí debido a la existencia de grandes tesoros y además deseaba a su bella esposa que era poseedora de grandes encantos. 
Chaparrí, conducía a su pueblo por el camino del trabajo, del orden y armonía. Sus habitantes eran nómades y en sus viajes por otros territorios, trajeron a estos lugares semillas de yuca, maíz, maní y tabaco; planta ésta, cuyas hojas servían para la alzada; ya que Chaparrí era brujo curandero y Yanahuanca era “malero”. Muchos viajeros de aquellas épocas manifestaban haber visto sostener grandes luchas entre estos dos cerros en noches de luna llena. Chaparrí transformado en toro con astas de oro y Yanahuanca con astas de plata y en estas luchas siempre triunfaba Chaparrí.
Yanahuanca, valiéndose de sus artes maleros se robó a Collurqui, dejando a Chaparrí sumido en la desesperación y tristeza. 
En Huancabamba Dpto. de Piura, existe un lugar llamado “La huringa” y por estos años vivía en este lugar un brujo de renombre apellidado “Tallanca” gran amigo de Chaparrí, que llegó a enterarse de la traición de Yanahuanca y mediante sus artes castigó al seductor y a sus pobladores con grandes sequías que afectaron la agricultura en estos lugares. Cierta noche en que Tallanca se encontraba curando a un enfermo y al tomar el brebaje, alcanzó a ver que desde al norte se acercaban hombres extraños blancos cabalgando en briosos caballos. Eran las huestes de Francisco Pizarro, que luego de haber conquistado Tumbes y Piura, viajaban hacia Cajamarca en busca de Atahualpa y que al llegar al poblado de Túcume, un felinillo bautizado por el cura Hermano de Luque le había puesto el nombre de Tinajas por haberlo encontrado escondido en un tinajón. Este felinillo, que ya había aprendido el castellano les comunicó a los españoles que no muy lejos de este lugar existía un cerro llamado “Chaparrí” y que en él existía gran cantidad de oro. 


2.  La Viuda Alegre

VIUDA ALEGRE-LEYENDA FERREÑAFANA

Con traje que cubre hasta los pies y sobre el un manto grande, ambos de color de una noche tormentosa y cuando la luna está verde o sea en luna nueva hacía su aparición en la esquina, entre las calles Arequipa y Grau una señora de pequeña estatura que afirman se presentaba vestida de blanco. A veces se le ocurría pasear por las calles, acercándose a algún parroquiano o dejar que se le acerquen a ella; otras veces, ya rendida parece que iba a recuperar fuerzas sentándose en una banca del Parque. 
En cierta oportunidad la señora encontró a don Bartolomé Chamaya en su casa de la calle Santa Clara, en paños menores, porque hacía mucho calor, don Bartolomé estaba en el quicio de la puerta de su casa. 
La mencionada dama lo invitó para que la acompañara. Aquel no esperó, segunda petición y fue del brazo de su ya prenda adorada. Pero después de haber caminado unos cuantos metros, el afortunado personaje se dio cuenta que don Chamaya iba en traje de Adán y con justicia tuvo temor. Las mujeres se cuidan hasta después de muertas.
Cuentan que cuando la mencionada mujer se veía muy sola, echaba a llorar con tanto sentimiento que parecía una criatura. En otra ocasión dicen que don Miguel J. Egart a quien llenaban cariñosamente el Zambo Egart se encontraba tomando licor en una tienda y al verse mareado salió para irse a su casa y l pasar por el parque vio a una señora sentada en una banca y todo fue para él un paraíso en esos momentos al verse los dos solitos, Egart acercándose le preguntó a la señora que 
Hacía allí y si deseaba que la acompañara, empezando a llover los piropos y tantas cosas lindas por el Zambo Egart que le seguía enviando palabras amorosas. Llegando al tamarindo rumbo a la Alameda y no la podía alcanzar y al darse cuenta adonde se dirigía nada menos que al cementerio; el Zambo Egart sacó su revólver y disparó cinco tiros a este personaje invadido por un frío extraño, el valiente regresó decepcionado, levantándose muy temprano para componer el cuerpo con un guaracazo de yonque, juntos con sus amigos a quienes narró lo sucedido y ellos le informaron que era “La Viuda Alegre”. Seguía la chupeta y las composturas de cuerpo en las madrugadas como de costumbre; el macho Egart enfermó y no duró ni cuatro días más. Se fue en pos de la viudita alegre. Y como la señora encontró su otro gil, se encuentra satisfecha y dejando a los lechuzones hacer sus correrías sin estorbo. 


3. La Carreta encantada

Según contaban algunos ferreñafanos, a media noche y hace muchos años salía una carreta del cementerio y otros que salía de la pampa cercana al molino de Señor Salcedo, en la que no se ha llegado a determinar es a quién o quienes jalaban la carreta; algunos decían que era un caballo de color plomizo, otros que era una mula la que jalaba la carreta otros lo que tos vieron es que sobre el animal iba un jinete vestido de blanco y con varios, ocupantes llevando ramos de flores. Este recorrido lo hacía por la calle Juana Bulnes de Castro, llegando a la calle Tres Marías y en esta esquina descansaba unos minutos, para luego continuar por la calle Real, ingresando nuevamente por la calle Juana Bulnes de Castro donde desaparecían.
LA CARRETA-LEYENDA FERREÑAFANA
Y hay personas que vieron que ingresaba al parque para luego dirigirse a la Iglesia donde bajaban los raros ocupantes para entrar al Templo y elevar sus plegarias al Salvador, para luego dar una vuelta al Parque y dirigirse a su lugar de origen y desaparecer misteriosamente. Según contaban que el objetivo de la salida de esta carreta era para conseguir almas con las cuales obtenían su salvación en e otro mundo; es decir eran difuntos que venían a llevarse a todo aquel que se le cruzase en el camino.






BIBLIOGRAFÍA
Lambayeque                                                    Sol Flores y Leyendas. Dr. Teodoro Rivero Ayllon.
Ferreñafe: Guía Turística                              Carlos Samamé Rodríguez

LIC. JUAN ALBERTO CHUNGA ESPINOZA
SEUDÓNIMO FILOSOPHON